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Desigualdad global: Un reto para la estabilidad económica

Desigualdad global: Un reto para la estabilidad económica

14/10/2025
Bruno Anderson
Desigualdad global: Un reto para la estabilidad económica

La desigualdad global no es un mero indicador; es un fenómeno complejo que desafía tanto el crecimiento como la cohesión social.

Concepciones y tipos de desigualdad

Para abordar este reto, primero es esencial definir sus variantes y dimensiones:

  • Desigualdad de ingreso: diferencias en salarios y rentas de capital entre individuos y hogares.
  • Desigualdad de riqueza: distribución del patrimonio financiero e inmobiliario que acentúa las brechas.
  • Desigualdad de oportunidades: brechas en acceso a educación, salud y tecnología que condicionan el futuro.
  • Entre y dentro de países: disparidades medias per cápita frente al reparto interno de ingresos.

Cada uno de estos tipos alimenta un ciclo que puede socavar la estabilidad económica y social.

Panorama global reciente

Entre 1990 y 2019, la convergencia parcial entre países redujo el índice global de Gini de 70 a 62 puntos. Este avance estuvo impulsado por economías emergentes como China, que experimentaron un rápido crecimiento.

Sin embargo, la pandemia de COVID-19 significó un retroceso sin precedentes: la desigualdad global aumentó en 2020, debido a la capacidad fiscal diferenciada de los gobiernos y a la distribución desigual de vacunas.

Contexto actual y datos extremos

Hoy, una minoría concentra la mayor parte de la riqueza mundial. El 1% más rico posee una fracción muy superior a su peso demográfico, mientras la mitad más pobre apenas suma un pequeño porcentaje del patrimonio.

Casos extremos ilustran la magnitud del problema:

  • Sudáfrica presenta un coeficiente de Gini cercano a 0,63; el 10% más rico acumula el 71% de la riqueza, mientras el 60% más pobre apenas el 7%.
  • En países de renta media como Brasil o Rusia, estructuras fiscales y productivas históricamente regresivas perpetúan la concentración.

El resultado es que más de un tercio de la población mundial vive en situación de vulnerabilidad extrema, con ingresos insuficientes para afrontar cualquier choque económico.

Niveles de desigualdad y riesgos para la estabilidad

Causas estructurales y tendencias

Varias fuerzas han moldeado este escenario:

  • Globalización y cambio tecnológico favorecen a trabajadores calificados y propietarios de capital.
  • Debilidad de sistemas de protección social y erosión de la progresividad tributaria reducen la capacidad redistributiva.
  • Legados históricos de colonización y segregación explican desigualdades persistentes en ciertas regiones.

La automatización intensifica la brecha, mientras que la informalidad laboral disminuye la capacidad de negociación de los trabajadores.

Impacto en la estabilidad económica

La concentración excesiva de ingresos y patrimonio tiene efectos directos sobre el crecimiento y la resiliencia de las economías:

1. Al reducir el poder adquisitivo de la mayoría, impacto en el crecimiento económico se traduce en menor demanda agregada y ciclos más volátiles.

2. La cohesión social y gobernanza se ven amenazadas cuando la desigualdad alimenta la desconfianza en las instituciones y la polarización política.

3. El endeudamiento creciente de hogares de ingresos medios y bajos amplifica la vulnerabilidad ante subidas de tasas de interés.

Escenarios futuros y políticas necesarias

Las proyecciones hasta 2050 ofrecen tres panoramas:

  • Business as usual: estancamiento de la desigualdad global y ligera reaparición de aumentos.
  • Escenario pesimista: menor crecimiento en economías atrasadas y aumento de brechas internas.
  • Escenario optimista: reformas fiscales y sociales agresivas que revierten la tendencia.

Para transitar hacia la opción optimista, es urgente adoptar:

  • Políticas fiscales progresivas y redistributivas que aumenten los recursos para inversión social.
  • Sistemas de protección social robustos que protejan a los más vulnerables.
  • Inversión en capital humano mediante educación y salud universales.
  • Promoción de la igualdad de género en el ámbito económico y político.
  • Colaboración internacional y compromiso político para coordinar respuestas globales.

Conclusión

Enfrentar la desigualdad global no es solo una cuestión de justicia; es una condición indispensable para lograr un crecimiento sólido y sostenible.

Con estrategias integrales y voluntad política, podemos construir sociedades más equitativas, garantizar el bienestar de todos y preservar la estabilidad económica mundial.

Bruno Anderson

Sobre el Autor: Bruno Anderson

Bruno Anderson