En un mundo en constante cambio, la gestión de activos evoluciona para responder a nuevas demandas y oportunidades. Desde la sostenibilidad hasta la tokenización, las estrategias innovadoras redefinen cómo invertimos y creamos valor.
El período 2024-2025 se caracteriza por un crecimiento moderado con dispersión sectorial. Los tipos de interés siguen siendo relevantes y los inversores buscan fuentes de retorno no tradicionales. En este escenario, la gestión de activos trasciende la mera selección de valores.
La atención se desplaza hacia la creación de valor vía transformación operativa, la sofisticación de estructuras de capital y el uso intensivo de datos y tecnología. Asimismo, inversores institucionales y de alto patrimonio exigen mayor transparencia y personalización.
Las siguientes tendencias están marcando la hoja de ruta de la industria:
Los bonos verdes y fondos de transición energética han crecido a ritmos superiores al 20% anual. El AUM ESG global supera ya los 12 billones de dólares, impulsado por regulaciones como la taxonomía verde europea.
La tecnología se ha convertido en motor de competitividad en la gestión:
Empresas que adoptan IA en investigación y trading han logrado mejoras del 15% en ratios riesgo-retorno y reducciones de costos operativos de hasta el 30%.
Más allá de la especulación, los criptoactivos institucionales cobran relevancia. Las stablecoins y los tokens de seguridad facilitan la custodia y liquidación en infraestructuras blockchain.
La tokenización de activos reales —inmuebles, deuda privada, arte— ofrece fraccionamiento de la propiedad y liquidez. Se estima que el mercado de activos tokenizados alcanzará los 5 billones de dólares en 2025, con proyecciones de 10 billones para 2030.
Este modelo transforma la cadena de valor, requiriendo nuevas soluciones en custodia, KYC/AML y auditoría.
Varias aproximaciones destacan por su capacidad de generar alfa y valor sostenible:
Por ejemplo, fondos de transición energética han superado un rendimiento del 12% anual en los últimos cinco años, con volatilidad controlada alrededor del 8%.
Los ETP y ETF permiten empaquetar estrategias complejas como cestas de activos alternativos o green bonds, mejorando liquidez y acceso global.
Los fondos evergreen combinan lo mejor de los vehículos abiertos y cerrados, equilibrando liquidez con objetivos a largo plazo. Asimismo, los mandatos “multi-asset multi-strategy” integran activos tradicionales, alternativos y digitales en un único framework.
Para respaldar decisiones, conviene considerar cifras clave:
Además, la adopción de IA en gestoras alcanza el 65%, principalmente en research y gestión de riesgos.
El desarrollo de la innovación en activos se apoya en marcos regulatorios claros. Las taxonomías ESG y las directivas sobre mercados de criptoactivos (MiCA) establecen estándares de transparencia y protección.
La ciberseguridad es un requisito ineludible, especialmente para productos digitales y tokenizados. Es fundamental implementar planes de resiliencia operativa y auditorías periódicas.
En definitiva, la convergencia de sostenibilidad, tecnología y nuevas estructuras redefine la industria de gestión de activos. Adoptar estas tendencias y estrategias permite a los inversores diferenciarse y crear valor a largo plazo.
Referencias